top of page

EL PRESAGIO

 

Me había quedado dormido en mi escritorio hacía unos 15 minutos, cuando en mi librera, a dos metros de distancia a mi izquierda, se oyó un sonido fuerte como que si la madera se quebraba.

 

Giré mi vista y vi hacia la librera. Nada, nada se movía. Cerré los ojos y continué durmiendo. A los pocos minutos otro sonido, esta a vez a un par de metros a mi derecha. Abrí los ojos de nuevo y vi a mi derecha, el sonido había sido en un mueble junto a la pared. Estaba solo en mi oficina. Era la hora de almuerzo y los cubículos continuos  estaban todos vacíos.

 

Está vez no volví a cerrar mis ojos y marqué donde mis suegros para preguntar  por mi pequeño hijo. Como no tengo alguien que me lo cuide, se queda con ellos. El ha tenido un accidente y lo tienen en el hospital me dijo la muchacha.  Colgué inmediatamente, cerré mi oficina y salí corriendo a mi carro. Mi casa está a 60 kilómetros de mi trabajo.

 

Cuando llegué, el niño estaba bajo observación médica. Los doctores  hablaban con él, había salido de peligro. Esperé sentado en una silla helada, hacía 3 horas desde que había llegado.  En este tiempo había visto llegar fracturados, heridos de arma blanca y heridos de bala. Médicos y enfermeras iban y venían.  Uno de los doctores que atendían mi hijo vino a hablar con migo.

 

Casi a media noche regresé a casa con mi hijo, caía una interminable tormenta, no tenía aire acondicionado y los parabrisas se empañaban cada vez más.

 

Me había separado de la mujer hace un  par de meses. Después de 10 años de haber salido de la universidad apenas comenzaba a acomodarme en mi profesión. Ahora que leo las 10 indicaciones de cómo ser millonario antes de los 30, me digo cuanto tiempo he perdido y cuanto he ganado. No quiero ser millonario pero si exitoso.

 

La casa daba ese confort que la soledad brinda, el silencio me acarició los primeros minutos, después de acostar a mi niño en su cama, después de sentarme y leer un rato empecé a sentir el vacío, esa otra cara de la moneda de la soledad. Eran las 11 de la noche y sentí hambre. Fui a la refrigeradora y saqué los materiales para hacerme un sándwich que luego regresé y preferí un cereal.

© 2023 by EDUARD MILLER. Proudly created with Wix.com

  • w-facebook
  • Twitter Clean
bottom of page